se levanta esa mujer con su mejillas rosadas
con su frutos y un clavel que recorre en su almohada,
que brilla como un papel con las rimas mas versadas
y sofoca los misterios del pacer de conocer,
aquella inmensa lujuria cuando te miro el revés
algo que solo una vez yo pude ver a la vez,
donde la ambrosía desnuda, limita en aquel misterio
una gran sabiduría.que desde el suelo venia
a danzar de tu alegría, como los pinos del bosque,
por donde escucho los paso de tu dulce melodía,
al decirte cada día que tu ya eres mi vida.
con su frutos y un clavel que recorre en su almohada,
que brilla como un papel con las rimas mas versadas
y sofoca los misterios del pacer de conocer,
aquella inmensa lujuria cuando te miro el revés
algo que solo una vez yo pude ver a la vez,
donde la ambrosía desnuda, limita en aquel misterio
una gran sabiduría.que desde el suelo venia
a danzar de tu alegría, como los pinos del bosque,
por donde escucho los paso de tu dulce melodía,
al decirte cada día que tu ya eres mi vida.